La luz difusa presenta una transición más suave y gradual entre luz y sombra, en arquitectura suele estar asociada a la superficie sobre la que se proyecta, ya que acentúa o modifica su materialidad. Se trata de abrir progresivamente pequeñas aperturas de entrada de luz difusa, que proyectan y colorean el espacio con pequeñas masas de una forma de luz determinada. La cantidad de luz que se introduce depende de la inclinación de la apertura, lo que afecta también a la suavidad con que la luz se extiende sobre el plano abierto. Como se puede observar en la apertura horizontal del plano frontal de los modelos 7 y 9, la luz pasa de dibujar un borde cuando la inclinación es muy poca (modelo 7) a iluminar un plano a través de un degradado de intensidad (modelo 9).